viernes, 5 de junio de 2009

BOJACA





En Bojacá en un fin de semana se realizan entre 11 y 13 celebraciones religiosas. Luego de cada ceremonia eucarística celebrada en la iglesia de la población, el sacerdote en turno, se dispone a bendecir a los carros que se ubican en el parque principal. María del Carmen Sandoval, a las 12 del medio día espera su turno frente a la iglesia. Cuando se termina la celebración eucarística ya son 45 carros quienes en orden de llegada van rodeando el parque principal. El Aveo GTI 1.6 de María del Carmen mantiene abiertas sus puertas y capó esperando recibir el agua bendita y las oraciones del sacerdote. “Puedo asegurar que en 25 años, ni mis familiares ni yo hemos tenido ningún accidente, esto se debe a las bendiciones de la Virgen de la Salud que protege el carro y a sus pasajeros. Esto no es ningún agüero, es cuestión de fe”, afirma María del Carmen.
Después de cada ceremonia religiosa el sacerdote bendice entre 45 y 70 carros, la bendición no tiene costo alguno.
Una vez se han bendecido todos los carros, familias enteras entran a los almacenes que en inmediaciones de la iglesia ofrecen todo tipo de artículos religiosos; desde camándulas y escapularios pasando por estatuas religiosas de todos los tamaños para la decoración de automóviles, y vehículos de servicio público. En esta ocasión, María del Carmen Sandoval se lleva una vitelita de la Virgen de la Salud para la guantera de su carro, además de cinco escapularios. Uno para cada hijo. Entre tanto Alvira Mendéz, quien trabaja en la Casa Cural de Bojacá desde hace 25 años, explica: “No se trata de bendecir los bienes materiales, aunque los carros y motos que traen reciben una oración para su protección y cuidado, es la fe de las personas y la bendición a los conductores lo que realmente los protege. La fe hace milagros”. La economía del país se ve beneficiada con el aumento en las ventas de pólizas de seguro y la inversión en la industria automotriz, así mismo, el número de creyentes y devotos de la Virgen de la Salud no deja de crecer, porque como afirma Samuel Contreras, comerciante de Bojacá, “un tercer seguro para la vida y el carro no está de más…”

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